La diálisis es un proceso mediante el cual se extraen las toxinas y el exceso de agua de la sangre, normalmente es una terapia sustitutiva tras la pérdida de la función renal en personas con fallo renal. Es un tratamiento absolutamente necesario para su supervivencia, ya que la enfermedad solo se puede solucionar con un transplante. Implica estar conectados a una máquina durante cuatro horas cada dos días. Además los pacientes tienen que respetar una dieta sin sal y potasio, que incluye beber lo menos posible y tomar abundante medicación. La hemodiálisis resulta dolorosa, ya que las agujas que se utilizan para acceder a la fístula son grandes.
Durante la hemodiálisis los pacientes pueden sentir fuertes calambres e hipotensión y al final de la sesión están agotados. Las sesiones generan miedo y ansiedad, aprensión al pinchazo y temor a los calambres. Además suele haber una cierta frustración a causa de la dieta, de las continuas interrupciones de su vida social, del trabajo (sólo pueden trabajar a tiempo parcial o incluso han de dejarlo); deben programar sus vacaciones porque necesitan reservar sesiones de diálisis allá donde vayan. A ello se suman las emociones del día a día, los recuerdos de su vida anterior a la enfermedad, y las insistentes dudas sobre su futuro…
Catherine Fullana es una enfermera y Bach Practitioner (BFRP) que trabaja en la unidad de diálisis y trasplantes de Calydial, un centro privado al sur de Lyon, Francia. Comenta que inicialmente obtuvo permiso para tratar con flores de Bach a una docena de pacientes de su unidad, con los que conversaba sobre su vida, sus temores y les afectaba la diálisis y les ofrecía remedios florales. Sus colegas, enfermeras y médicos, han sido testigos de como algunos pacientes cambiaban su tono vital, aceptando la dependencia del tratamiento y mejorando su humor; evitando la necesidad de anestesia local en el brazo pinchado, aceptando vivir con un órgano que pertenecía de otra persona, ser capaces de utilizar la máquina de auto-diálisis, etc.
Catherine Fullana presentó esta experiencia en una conferencia de enfermería y actualmente, siete años más tarde, está tratando con flores de Bach a unas 80 personas dializadas.
Toda un lección de lo que se puede conseguir con los remedios florales y una conversación empática con los pacientes.
Fuente: Elena Lorente Guerrero, Flores de Bach en una Unidad de Diálisis, por Catherine Fullana. Publicada en: De tots els colors, 3-8-2015