
El uso etnomédico de matico (Buddleja globosa Hope) es común a Chile, Argentina y Perú, y se remonta a tiempos precolombinos. En Chile, en las culturas mapuche (pañil) y aymara (palquin), esta planta se utilizó principalmente por su efecto cicatrizante. En medicina popular su uso es variado: aplicación de cataplasmas de hojas y tallos para la curación de heridas y úlceras de todo tipo, la infusión de sus hojas para tratar el dolor de hígado y de vesícula, los ardores o dolencias internas, la disentería, las úlceras de estómago, la sarna y la sífilis. Se han identificado gran variedad de compuestos químicos, siendo los principales flavonoides, terpenos y feniletanoides. Sus propiedades farmacológicas han sido ampliamente estudiadas, destacando su efecto analgésico y antiinflamatorio, inhibiendo tanto COX como 5-LOX, con afinidades muy cercanas a las de ibuprofeno; también posee efectos antioxidantes. Sus efecto farmacológico más destacado (cicatrizante, antiulceroso y gastroprotector) solo tienen evidencia indirecta en el ser humano. El Ministerio de Salud de Chile reconoce al matico como medicamento herbario tradicional, basado en el conocimiento ancestral y la evidencia preclínica. Como actualmente está en desarrollo un estudio clínico pionero en Chile con B. globosa Hope como cicatrizante de heridas, patrocinado por FONIS, consideramos importante reunir en esta revisión un esquema de los sitios de acción putativos de matico en el proceso de cicatrización y reparación de tejidos, en base al conocimiento fitoquímico y farmacológico que sustenta el planteamiento de sus propiedades cicatrizantes y antiulcerosas en seres humanos.