
La Fitoterapia se define como la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, para prevenir, aliviar o curar un estado patológico, o con el objetivo de mantener la salud.
En la actualidad existe una base científica que apoya la eficacia de muchos productos fitoterápicos para determinadas indicaciones y el lugar que debe ocupar la Fitoterapia en terapéutica debe ser aquél para el cual ha demostrado su utilidad. Es muy importante tener en cuenta que la eficacia solo se consigue con el uso de los preparados fitoterápicos adecuados, tanto en lo que se refiere a las indicaciones como a la forma de administración. Por ello es necesario disponer de productos con calidad, seguridad y eficacia contrastados, así como de herramientas de información rigurosas y fiables para los profesionales sanitarios, además de proporcionarles la oportunidad de adquirir una formación sólida en Fitoterapia
Los productos de origen vegetal que se emplean en Fitoterapia presentan una característica básica: su potencia farmacológica y su toxicidad son medias o bajas y sus márgenes terapéuticos relativamente amplios. Incluye por tanto productos relativamente poco potentes (por ejemplo, capítulos de manzanilla, sumidad de espino blanco y sus extractos) o de potencia intermedia (como la flor de árnica y la raíz de regaliz) y excluye aquellos con un margen terapéutico estrecho (por ejemplo la hoja de digital y sus principios activos, como la digoxina). Esta característica es fundamental puesto que enmarca a la Fitoterapia como una terapéutica suave, poco agresiva, dotada de márgenes terapéuticos amplios, con un bajo porcentaje de efectos secundarios.
Ámbito de aplicación
La Fitoterapia se utiliza tanto en la prevención y mejora de la calidad de vida, como en el tratamiento de las enfermedades. En unos casos será suficiente para curar una patología y en otros será el coadyuvante de otras medicaciones, o ayudará a mejorar determinados síntomas asociados. Su principal campo de acción son las afecciones leves y moderadas, así como las enfermedades crónicas, siendo útiles por tanto en la terapia de más del 90% de las afecciones tratadas habitualmente en asistencia primaria.
Principales indicaciones de la fitoterapia:
SISTEMA NERVIOSO
– Ansiedad, trastornos del sueño
– Depresión (esencialmente leve o moderada)
– Cefaleas
– Trastornos cognitivos
– Astenia
APARATO CIRCULATORIO
– Insuficiencia cardiaca leve o moderada
– Hipertensión arterial
– Éstasis venosos: varices, hemorroides
– Enfermedad arterial oclusiva
– Fragilidad capilar
METABOLISMO
– Hiperlipidemias
– Sobrepeso
– Diabetes
APARATO URINARIO
– Infecciones urinarias
– Litiasis
APARATO LOCOMOTOR
– Inflamaciones osteoarticulares
– Artrosis
APARATO REPRODUCTOR
– Síndrome premenstrual
– Alteraciones de la menstruación
– Síntomas asociados a la menopausia
– Hiperplasia benigna de próstata
APARATO DIGESTIVO, HÍGADO, CONDUCTOS BILIARES
– Inapetencia
– Estomatitis, gingivitis
– Dispepsia
– Flatulencia
– Gastritis, úlceras
– Cinetosis, hiperemesis gravídica
– Estreñimiento, diarrea, síndrome del intestino irritable
– Hepatitis
– Disquinesias biliares
AFECCIONES DERMATOLÓGICAS
– Afecciones inflamatorias e infecciosas de piel y mucosas
– Contusiones, traumatismos
– Psoriasis
APARATO RESPIRATORIO
– Gripe y refriado
– Rinitis, sinusitis
– Faringitis
– Bronquitis, asma
Más Información
Fitoterapia.net
Sociedad Española de Fitoterapia (SEFIT)
Investigaciones clínicas sobre plantas medicinales (estudios a doble ciego, Pubmed)