
El insecticida DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano) fue ampliamente usado en el siglo XX hasta que, tras una campaña mundial que alegaba que este compuesto se acumulaba en las cadenas tróficas y ante el peligro de contaminación de los alimentos, se prohibió su uso.
En el desarrollo de la conciencia ecológica tuvo gran importancia la publicación en 1962 del libro Primavera Silenciosa, escrito por Rachel Carson, que llegó a ser un “best seller”. En él se exponían los peligros ecológicos derivados del uso masivo del DDT, afirmando que acabarían desapareciendo todos los pájaros del mundo si se seguía usando ese insecticida. Tras sucesivas campañas, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) prohibió el DDT en 1970. Actualmente está prohibida la producción, uso y comercialización de todos los productos de protección de plantas que contengan DDT. A pesar de esta prohibición, el DDT se ha extendido por todo el mundo y en África y en Asia lo continúan utilizando.
Se había comprobado que muchas de las mujeres que estuvieron expuestas a este compuesto en la década de 1960 hoy tienen más riesgo de tumores mamarios y en un estudio que se acaba de publicar en la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism se pone de manifiesto que el DDT y otros pesticidas similares imitan e interfieren en el desarrollo de los estrógenos, desarrollando a los 52 años, en muchas ocasiones, un tumor mamario. El estudio se ha estado elaborando durante 54 años y sus resultados muestran que las hijas de aquellas mujeres que durante el embarazo estuvieron expuestas al DDT tienen más posibilidades de desarrollar cáncer de mama.
Se ha realizado un seguimiento, durante 54 años, de 20.754 embarazadas que pertenecían al plan Kasier Fundation Health y que dieron a luz a 9.300 hijas durante 1967. Los investigadores analizaron los niveles de DDT en 118 madres que padecían cáncer de mama; sin embargo, los resultados mostraron que estos antecedentes no estaban relacionados con la aparición de esos tumores.
Sin embargo, las hijas cuyas progenitoras tenían DDT en la sangre mostraron ser más propensas a desarrollar la proteína HER2, provocada por una mutación genética de este tipo de tumores que produce un exceso de esta proteína.
El estudio recalca la importancia de controlar los posibles factores medioambientales que podrían fomentar el desarrollo del cáncer de mama intrauterino.
Más información
Diario Médico, 17-06-2015
Barbara A. Cohn, Michele La Merrill, Nickilou Y. Krigbaum, Gregory Yeh, June-Soo Park, Lauren Zimmermann, Piera M, Cirillo. DDT Exposure in Utero and Breast Cancer. J Clin Endocrinol Metab 2015.
Wikipedia DDT
OMS. El enigma del cáncer de mama. Boletín de la Organización Mundial de la Salud 2013;91:626-627.