La novena edición de la Escuela de Nutrición Francisco Grande Covián, en la Universidad Menéndez Pelayo, aborda la estrategia de implantación de hábitos alimentarios saludables.
El director de la Escuela de Nutrición Francisco Grande Covián del Instituto Danone, doctor Manuel Serrano Ríos, ha reunido en Santander a los doctores Lluís Serra Majem, Ramón Estruch y Mario Foz para debatir la evidencia científica de los beneficios de la dieta mediterránea y sus estrategias de implantación.
El doctor Serra Majem, presidente de la Fundación Dieta Mediterránea, señaló que “estamos en un buen momento para volver a la dieta mediterránea, ya que se ha conseguido un alto grado de conocimiento entre la población, pero falta el paso de llevarla a la práctica. Este cambio no va a depender de la ciencia médica, si no que se trata de un difícil cambio cultural, económico, antropológico y social sobre el estilo de vida”.
Por su parte, Ramón Estruch, coordinador del estudio PREDIMED, subrayó que “es difícil establecer evidencias científicas sobre estilos de vida saludable, ya que esto sólo se puede hacer con estudios de intervención como PREDIMED, un estudio que ha seguido más de 7.500 casos desde 2003 y culminará finales mismo año”. “Lo que sí puedo adelantar”, añadió, “es que que los resultados hasta ahora parecen probar que la dieta mediterránea ayuda a reducir la obesidad y las enfermedades crónicas asociadas como diabetes, hipercolesterolemia, ayuda a reducir la presión arterial y tiene un efecto antioxidante y antiinflamatorio”.
Centrarse en la población infantil
Mario Foz, asesor científico del Instituto Danone y fundador de la Asociación Española para el Estudio de la Obesidad, justificó la actual epidemia de obesidad por el abandono de la dieta mediterránea e indicó que “si somos capaces de recuperar la alimentación tradicional, lograremos reducir la obesidad de tipo central, que es la que incrementa los factores de riesgo para la salud”.
Por su parte, el profesor Serrano Ríos señaló que los esfuerzos para la introducción de estilos de vida saludables deben centrarse en la población infantil y adolescente, pues la incidencia de las tres epidemias no contagiosas más extendidas, crece especialmente entre niños y adolescentes, donde el seguimiento de la dieta mediterránea es el más bajo y no llega al 23% de la población, lo que indica que los hábitos saludables entre niños y jóvenes está descendiendo.
Publicada en esta web el 1-9-2011
Fuente: JANO (artículo no disponible en la actualidad)