Pocas vivencias hay que marquen tanto a la persona como el dolor. El dolor se nos presenta en la práctica clínica como un problema ante el cual es necesario disponer de todas las estrategias que tenemos a nuestro alcance. La enfermería tiene dos funciones en el tratamiento del dolor: su función independiente: valoración, planificación y administración de un tratamiento de enfermería consistente fundamentalmente en técnicas no invasivas de control del dolor y educación en hábitos de vida saludables que prevengan y alivien el dolor; y una función interdependiente de colaboración con el médico en la administración de técnicas invasivas, fármacos y valoración de la evolución del paciente. Es importante priorizar el uso de métodos naturistas por su alta eficacia y bajo riesgo.
Pero también hay que considerar al dolor como aliado, siendo a menudo la primera señal de alarma de que algo no va bien. Por tanto, el dolor es un valioso instrumento del que dispone el cuerpo para propiciar la adopción de un estilo de vida conforme a las leyes naturales. Esta comunicación pretende dar ideas útiles para el manejo del dolor, tanto para cuidar a los demás como para el cuidado del propio profesional, entendiendo los cuidados de una forma global, desde la terapéutica hasta la prevención del dolor y la promoción de la salud.
Acceso al artículo: J.F Jimeno Salgado, M.E. Romero Roy. Reflexiones sobre el manejo del dolor desde la enfermería naturista. Medicina naturista, Nº 8, 2005, págs. 39-44.