Una de las deficiencias que se producen afecta al ácido araquidónico, fundamental para el crecimiento fetal y postnatal.
La ingesta excesiva de ácidos grasos Omega 3 durante el embarazo puede llegar a ser perjudicial, según el director del Grupo de Investigación Bioquímica y Metabolismo Perinatal de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, el doctor Luis Herrera. Si bien en cantidades normales son beneficiosos, ingeridos en exceso pueden producir “estrés oxidativo e inhibir la formación de otros ácidos grasos que también son necesarios para un adecuado desarrollo fetal”, señala este experto.
En el curso de una investigación en ratones, el Dr. Herrera y su equipo observaron que los ácidos grados Omega 3 se acumulan en el tejido adiposo de la madre durante la primera mitad del embarazo. Más tarde, durante la última fase de la gestación y la lactancia, los ácidos afluyen a la sangre, y de ahí pasan al bebé.
Una de las deficiencias que se producen con el exceso de Omega 3 afecta al ácido araquidónico, fundamental para el crecimiento fetal y postnatal. Asimismo, los investigadores apuntan que es probable que se acabe desarrollando resistencia a la insulina, si los niveles de ácidos no son estables.
Por estos motivos, el grupo de trabajo de la Universidad CEU San Pablo pretende llamar la atención sobre la dieta y, sobre todo, sobre la importancia de sus componentes grasos. “Resulta fundamental mantener una alimentación apropiada tanto en cantidad como en su composición durante la gestación”, concluyen.
Publicada en esta web el 13-6-2012
Fuente: JANO