Fundamento y objetivo: Se ha sugerido que la sensibilidad de la presión arterial (PA) a la sal está relacionada con otros cationes y aniones, además del cloruro sódico. El objetivo del estudio fue valorar si la ingestión de agua mineral bicarbo- natada sódica modificaba las cifras de PA y parámetros bioquímicos urinarios en pacientes con hipertensión esencial. Pacientes y métodos: Estudio piloto con 132 adultos hipertensos ingiriendo 1,5 litros/día durante 9 semanas de agua mineral con tres concentraciones diferentes de residuo seco de 96,2, 183,2 y 1200 mg/l, respectivamente, estudiando PA y excreción urinaria de minerales.
Resultados: La PA sistólica y diastólica descendieron ligeramente en los tres grupos a las 4 y 9 semanas: agua control 8,6/7,8 mmHg; débil mineralización 1,14/2,39 mmHg; media mineralización. 2,71/0,96 mmHg (p = 0,080). El análisis de regresión mostró asociación negativa entre el aumento de PA y mineralización del agua ya que el agua con mayor conte- nido en sodio y bicarbonato ejercía un efecto protector contra el aumento de PA al final del estudio (OR = 0,2 [IC del 95% 0,1–0,6]; p = 0,008) con respecto al grupo control. Estos efectos fueron independientes de la PA y excreción de minerales urinarios iniciales.
Conclusiones: El consumo de aguas bicarbonatadas sódicas no aumenta la PA en mayores hipertensos en ninguna de las concentraciones utilizadas. La asociación negativa entre el aumento de PA y la mineralización del agua indicaría que la ingesta de sales no cloradas de sodio protege contra la elevación de PA.